Y, sin embargo, media entre nosotros una distancia tan grande como las olas invisibles de un océano sin límites. ¡Cuán lejana e inaccesible es para mí! El esplendor de su belleza la rodea de un halo de luz; y a veces creo que no la he visto jamás…, que no existe…, que todo esto es un sueño.
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viernes, 23 de marzo de 2012
jueves, 8 de diciembre de 2011
Gustave Flaubert: Salambó (1862)
De noche te aparecías en mis sueños, pero yo no adivinaba la orden muda de tus ojos.
lunes, 5 de diciembre de 2011
Gustave Flaubert: Salambó (1862)
Antes de que nacieran los dioses existían únicamente las tinieblas y un soplo flotaba, pesado e indistinto como la conciencia de un hombre que sueña.
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