miércoles, 21 de abril de 2010
Franz Kafka: Un artista del trapecio
Alarmado, creyó ver en aquel sueño, aparentemente tranquilo, en que habían terminado los lloros, comenzar a dibujarse la primera arruga en la lisa frente infantil del artista del trapecio.
lunes, 19 de abril de 2010
Jorge Luis Borges: O. C., IV, 410
Todos los sucesos de nuestra vida, por aciagos que sean, son invenciones puras de nuestro yo como las desdichas de un sueño.
jueves, 15 de abril de 2010
Jaime Gil de Biedma: Principe de Aquitania, en su torre abolida
Dura en ningún lugar este otro mundo,
y vuelve por la noche en las paradas
del sueño fatigoso...
miércoles, 14 de abril de 2010
Héctor Rojas Herazo: La casa entre los robles
Fundido con el mar, la muerte, el sueño,
purgas en lo que fuiste, quieres pena,
regresas al aroma de un miércoles, al sigilo
de tus desnudos pies en una alcoba.
Recordando un recuerdo, te preguntas
por lo que pudo ser y lo que ha sido.
domingo, 21 de marzo de 2010
William Faulkner: Sketch
Porque ¿dónde está esa carne, dónde esa mano viva que dé forma, en mármol o en sonido o en lienzo o en papel a este sueño que alienta dentro de mí?
miércoles, 17 de marzo de 2010
Juan Carlos Onetti: El astillero
... tanteaba buscando el primer cigarrillo, con los ojos cerrados para salvar lo que fuera posible por las imágenes del sueño recién muerto y fortalecer sin imposiciones lo que tuvieran de nostalgia y dulzura ...
Julio Cortázar: Rayuela, 123
El verdadero sueño se situaba en una zona imprecisa, del lado del despertar
pero sin que él estuviera verdaderamente despierto.
pero sin que él estuviera verdaderamente despierto.
lunes, 15 de marzo de 2010
Gustave Flaubert: La leyenda de San Julian el hospitalario
... todo con la facilidad que se experimenta en los sueños.
viernes, 12 de marzo de 2010
Luis de Góngora: A un sueño
El sueño, autor de representaciones,
en su teatro sobre el viento armado
sombras suele vestir de bulto bello.
en su teatro sobre el viento armado
sombras suele vestir de bulto bello.
jueves, 4 de marzo de 2010
domingo, 7 de febrero de 2010
Yojiro Takita: Despedidas
Fue un momento decisivo para mí. Pero vender el chelo supuso un alivio. De pronto me sentí libre, nada parecía retenerme. Siempre había creído que era mi sueño, pero quizá me había equivocado de sueño.
viernes, 15 de enero de 2010
miércoles, 30 de diciembre de 2009
Madness: Our house
I remember way back then when everything was true,
and when we would have such a very good time,
such a fine time, such a happy time.
And I remember how we'd play simply waste the day away,
Then we'd say nothing would come between us, two dreamers.
martes, 29 de diciembre de 2009
Joseph Conrad: El corazón de las tinieblas (1899)
Me parece que estoy tratando de contar un sueño... que estoy haciendo un vano esfuerzo, porque el relato de un sueño no puede transmitir la sensación que produce esa mezcla de absurdo, de sorpresa y aturdimiento en un rumor de revuelta y rechazo, esa noción de ser capturados por lo increíble que es la misma esencia de los sueños.
martes, 22 de diciembre de 2009
Umberto Eco: El péndulo de Foucault
file name: Sueño.
No recuerdo si los he soñado uno dentro del otro, o si se suceden en el curso de la misma noche, o si simplemente se alternan.
Busco a una mujer, una mujer que conozco, con la que he tenido relaciones intensas, hasta tal punto que no logro entender por qué las dejé marchitar —yo, por mi culpa, al no volver a aparecer. Me parece inconcebible que haya podido dejar pasar tanto tiempo. Está claro que la busco a ella, mejor dicho, a ellas, la mujer no es una sola, sino muchas, todas perdidas de la misma manera, por mi desidia —estoy atrapado por la incertidumbre, y una me bastaría, porque de algo estoy seguro, de haber perdido mucho al perderlas. Normalmente, no encuentro, ya no tengo, no logro decidirme a abrir la libreta donde está el número de teléfono, y si la abro es como si fuera présbita, no logro leer los nombres.
Sé dónde está ella, mejor dicho, no sé de qué lugar se trata, pero sé cómo es, recuerdo claramente una escalera, un zaguán, un rellano. No recorro la ciudad para encontrar el sitio, más bien me invade una especie de angustia, de parálisis, me devano los sesos tratando de entender cómo he podido permitir, o querer, que la relación se extinguiese —faltando quizá a la última cita. Estoy seguro de que ella espera mi llamada. Si sólo supiese cómo se llama, sé muy bien quién es, pero no logro recordar sus rasgos.
A veces, en el duermevela que viene después, me rebelo al sueño. Trata de recordar, conoces y recuerdas todo, y con todo has saldado las cuentas, o no las has abierto nunca. No hay nada que no sepas encontrar. No hay nada.
Queda la sospecha de haber olvidado algo, de haberlo dejado entre los pliegues de la atención, como se olvida un billete de banco, o una nota con un dato fundamental, en un bolsillo de los pantalones o en una vieja chaqueta, y sólo más tarde se descubre que era lo más importante, lo decisivo, lo único.
No recuerdo si los he soñado uno dentro del otro, o si se suceden en el curso de la misma noche, o si simplemente se alternan.
Busco a una mujer, una mujer que conozco, con la que he tenido relaciones intensas, hasta tal punto que no logro entender por qué las dejé marchitar —yo, por mi culpa, al no volver a aparecer. Me parece inconcebible que haya podido dejar pasar tanto tiempo. Está claro que la busco a ella, mejor dicho, a ellas, la mujer no es una sola, sino muchas, todas perdidas de la misma manera, por mi desidia —estoy atrapado por la incertidumbre, y una me bastaría, porque de algo estoy seguro, de haber perdido mucho al perderlas. Normalmente, no encuentro, ya no tengo, no logro decidirme a abrir la libreta donde está el número de teléfono, y si la abro es como si fuera présbita, no logro leer los nombres.
Sé dónde está ella, mejor dicho, no sé de qué lugar se trata, pero sé cómo es, recuerdo claramente una escalera, un zaguán, un rellano. No recorro la ciudad para encontrar el sitio, más bien me invade una especie de angustia, de parálisis, me devano los sesos tratando de entender cómo he podido permitir, o querer, que la relación se extinguiese —faltando quizá a la última cita. Estoy seguro de que ella espera mi llamada. Si sólo supiese cómo se llama, sé muy bien quién es, pero no logro recordar sus rasgos.
A veces, en el duermevela que viene después, me rebelo al sueño. Trata de recordar, conoces y recuerdas todo, y con todo has saldado las cuentas, o no las has abierto nunca. No hay nada que no sepas encontrar. No hay nada.
Queda la sospecha de haber olvidado algo, de haberlo dejado entre los pliegues de la atención, como se olvida un billete de banco, o una nota con un dato fundamental, en un bolsillo de los pantalones o en una vieja chaqueta, y sólo más tarde se descubre que era lo más importante, lo decisivo, lo único.
domingo, 13 de diciembre de 2009
Migala: Gurb Song
At night we would talk in dreams, back to back, and we would always, always, agree.
sábado, 12 de diciembre de 2009
Haruki Murakami: Kafka en la orilla
Pertenezcan a quien pertenezcan en origen los sueños, tú los has compartido. Y, en consecuencia, debes asumir la responsabilidad sobre lo que ha ocurrido en ellos. Porque, en definitiva, ellos se han infiltrado en ti a través del oscuro pasadizo de tu alma.
lunes, 7 de diciembre de 2009
Haruki Murakami: El hombre de hielo
—Es sólo un sueño —me dice—. Los sueños vienen del pasado. No del futuro. Ellos no tienen que controlarte a ti. Eres tú quien debe controlarlos a ellos. ¿De acuerdo?
—Sí —le digo. Pero no estoy convencida.
—Sí —le digo. Pero no estoy convencida.
jueves, 26 de noviembre de 2009
lunes, 19 de octubre de 2009
Leonardo da Vinci
Why does the eye see a thing more clearly in dreams than the imagination when awake?
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