te despertás, al fin,
en la noche de tu propia existencia
y disfrutás de la calma y la lucidez
mientras, imperceptiblemente,
se acercan los peces libres por el cielo
y comienza, otra vez, a nevar sobre tu boca.
miércoles, 1 de septiembre de 2010
lunes, 23 de agosto de 2010
sábado, 21 de agosto de 2010
George Perec: Las cosas
Sus pasiones no conocían límites; su libertad no encontraba trabas.
Pero se ahogaban bajo el amontonamiento de los detalles. Las imágenes se difuminaban, se enturbiaban; no podían retener sino algunas briznas de ellas, desvaídas y confusas, frágiles, obsesionantes y estúpidas, empobrecidas. No eran ya una continuidad total, sino cuadros aislados; no una unidad serena, sino una fragmentación crispada, como si esas imágenes no hubieran sido nunca sino reflejos muy lejanos, enormemente oscurecidos, centelleos alusivos, ilusorios, que se desvanecían apenas nacían, polvos: la irrisoria proyección de sus deseos más torpes, un impalpable polvo que cubría flacos esplendores, jirones de sueños que jamás podrían asir.
Pero se ahogaban bajo el amontonamiento de los detalles. Las imágenes se difuminaban, se enturbiaban; no podían retener sino algunas briznas de ellas, desvaídas y confusas, frágiles, obsesionantes y estúpidas, empobrecidas. No eran ya una continuidad total, sino cuadros aislados; no una unidad serena, sino una fragmentación crispada, como si esas imágenes no hubieran sido nunca sino reflejos muy lejanos, enormemente oscurecidos, centelleos alusivos, ilusorios, que se desvanecían apenas nacían, polvos: la irrisoria proyección de sus deseos más torpes, un impalpable polvo que cubría flacos esplendores, jirones de sueños que jamás podrían asir.
martes, 20 de julio de 2010
John Fante: Pregúntale al polvo
No vengas en seguida, Camila; deja que esté un rato solo para acostumbrarme a este insólito entusiasmo; permíteme estar solo mientras viajo con la cabeza por el encanto infinito de tu gloria radiante; déjame solo un ratito nada más para desear y soñar con los ojos bien abiertos.
sábado, 17 de julio de 2010
Robert Musil: Tes mujeres, Tonka
A menudo esto se convertía en sueños –o tal vez en un principio lo hubieran sido–, sobre cuyo pálido mundo de sombras él se levantaba cuando quedaba libre del peso de su trabajo, como si fuera para avisarle que este trabajo no era su vida auténtica.
martes, 6 de julio de 2010
Sandor Marai: La amante de Bolzano
Como si fuera la única situación natural y razonable en la vida humana, como si no se pudiese comprender por qué hasta entonces habían hecho otras cosas, por qué habían vivido otras situaciones, como si hubieran estado preparándose para ese instante durante mucho tiempo, con toda su voluntad, con todo su deseo, en la vigilia y en el sueño.
sábado, 3 de julio de 2010
Henry Miller: Nueva York, ida y vuelta
Te aseguro que era un sueño. La miré furtivamente mediante el espejo.
jueves, 24 de junio de 2010
George Perec: Las cosas
Soñaban con abandonar su trabajo, dejarlo todo, partir a la aventura. Soñaban con volver a empezar de cero, con comenzarlo todo otra vez sobre bases nuevas. Soñaban con rupturas y despedidas.
lunes, 21 de junio de 2010
Albert Camus: La peste
[...] lo miró con los ojos inexpresivos como si estuviese todavía en las regiones del sueño.
viernes, 11 de junio de 2010
Charles Dickens: David Copperfield
¡Ojalá tu rostro esté así presente cuando llegue el verdadero fin de mi vida! ¡Quiera Dios que cuando la realidad se desvanezca ante mis ojos como som bras, lo encuentre todavía a mi lado, señalándome el cielo!
jueves, 3 de junio de 2010
domingo, 30 de mayo de 2010
Henry Miller: Trópico de Capricornio
Cuento esos episodios breve y apresuradamente a medida que me vienen a la cabeza; mi memoria rebosa con millares de detalles semejantes, multitud de caras, gestos, relatos, confesiones, entrelazados y tejidos [...], un monstruoso edificio de sueños construido por entero con realidad y que, sin embargo, no es realidad, sino sólo el recipiente que contiene el misterio del ser humano.
Juan Carlos Onetti: Los adioses
Antes de avanzar, pensó, volvió a descubrir, que el pasado no vale más que un sueño ajeno.
miércoles, 26 de mayo de 2010
John Cheever: Una visión del mundo
Pero en ese momento agradecía a mi esposa lo que acababa de decir, su afirmación de que los aspectos externos de su vida tenían carácter de sueño.
lunes, 24 de mayo de 2010
Henry Miller: Trópico de Capricornio
Estando allí parado, en trance, recordé de repente un sueño que había tenido una y otra vez, que todavía sueño de vez en cuando y que espero soñar mientras viva. Como todos los sueños, lo extraordinario es la viveza de la realidad, el hecho de que uno está en la realidad y no soñando.
sábado, 22 de mayo de 2010
Henry Miller: Trópico de Cáncer
cuando habíamos caminado uno al lado del otro por aquellas calles sórdidas y sucias tan saturadas ahora con mi sueño y mi anhelo, ella no había observado nada, no había sentido nada: eran como cualesquiera otras calles para ella, un poco más sórdidas tal vez, y nada más. No recordaría que en cierta esquina yo me había detenido para recoger su horquilla [...]
viernes, 21 de mayo de 2010
Henry Miller: Trópico de Cáncer
De repente, veo frente a mí una raja oscura y peluda, abierta en una bola de billar brillante y bruñida; las piernas me atenazan como unas tijeras. Una mirada a esa herida oscura y abierta y se me abre una profunda fisura en el cerebro: todas las imágenes y recuerdos que se habían clasificado, rotulado, documentado, archivado, sellado y estampado laboriosa o distraídamente brotan desordenadamente como hormigas que salen de una grieta en la acera; el mundo cesa de girar, el tiempo se detiene, el propio nexo de mis sueños se rompe y se disuelve y mis tripas se derraman en un gran torrente esquizofrénico, evacuación que me deja frente a frente con lo Absoluto. Vuelvo a ver las grandes matronas tumbadas de Picasso, con los senos cubiertos de arañas, y su leyenda profundamente oculta en el laberinto. Y a Molly Bloom tumbada en un colchón sucio para la eternidad. En la puerta del retrete, pichas dibujadas con tiza roja y la madona entonando la melodía del infortunio. Oigo una risa salvaje, histérica, una habitación llena de tétano, y el cuerpo que era negro resplandece como el fósforo. Risa salvaje, salvaje, completamente incontenible, y esa raja riéndose a través de mí también, riéndose a través de las patillas musgosas, una risa que arruga la brillante y bruñida superficie de la bola de billar.
viernes, 14 de mayo de 2010
Réjean Ducharme: El valle de los avasallados.
A ti la dama, la audaz melancolía, que con grito solitario hiendes mis carnes ofreciéndolas al tedio. Tú, que atormentas mis noches cuando no sé qué camino de mi vida tomar... te he pagado cien veces mi deuda. De las brasas del ensueño sólo me quedan las cenizas de la mentira, que tú misma, me habías obligado a oír. Y la blanca plenitud, no era como el viejo interludio y sí, una morena de finos tobillos que me clavó la pena de un pecho punzante en el que creí, y que no me dejó más que el remordimiento de haber visto nacer la luz sobre mi soledad.
L'avalée des avalés.
martes, 11 de mayo de 2010
Gastón Baquero: Palabras escritas en la arena por un inocente
Yo soy un inocente y he venido a la orilla del mar,
Del sueño al sueño, a la verdad, vacío, navegando el sueño.
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